El mayor atentado estudiantil ocurrido en México,
fue el 2 de octubre de 1968. Alrededor de 300 estudiantes fueron perseguidos,
maltratados e inclusive asesinados en la Plaza de las Tres Culturas, en la
Ciudad de México. Gustavo Díaz Ordaz –abogado, priísta y recio conservador– estaba
a cargo del poder ejecutivo mexicano.
La desaparición de los 43 alumnos de la Escuela
Normal Rural de Ayotzinapa el pasado 26 de septiembre del 2014, y su posterior
asesinato, es la segunda mayor masacre contra estudiantes cometida en México
tan solo después de la matanza de Tlatelolco. El actual acontecimiento ha sido
objeto de mención en medios masivos de comunicación, protestas y
manifestaciones diversas.
Si se pone atención a los hechos que han
venido ocurriendo desde ese 26 de septiembre, se observa una similitud de
acontecimientos comparables con aquel verano del 68. A continuación se
establece un comparativo entre lo sucedido en 1968 y lo que pasa actualmente
con el movimiento de #Ayotzinapa.
El comparativo de la tabla sirve para darse cuenta
de que no estamos muy lejos de otro frío y trágico desenlace en la comunidad
estudiantil mexicana. Todos los hechos apuntan al caos en el que podría
terminar el actual movimiento de #Ayotzinapa. Afortunadamente no estamos en
1968. Los jóvenes, ni los padres, la cultura y los medios masivos de
comunicación ya no son los mismos.
Las cortinas de humo de radio y televisión (sobra
mencionar ejemplos) ya no pueden desviar la atención del pueblo mexicano. Las
redes sociales se han convertido en una herramienta para desmentir la represión
gubernamental. Su velocidad de reproducción es casi inmediata; solo bastan
algunos minutos para que el contenido se vuelva viral. Esto ha hecho que el los
usuarios de todo el mundo pongan su mirada atenta a la represión del movimiento
activista.
¿Qué depara el futuro para el movimiento de
#Ayotzinapa? No se sabe con extactitud, pero el Estado debe de estar en un
sentido de prevención, pues lo
que menos se quiere es otro 68 en pleno 2014. Lo que sí se puede observar, es
que el movimiento no se detendrá a corto plazo.
Es momento de hacer frente, no olvidar, seguir en pie de lucha, y no tener miedo.